La Costa Brava respira naturaleza. Por un lado el azul con destellos solares del mar. En el otro, el verde de los pinos. El negro de sus macizo montañosos y el marrón de su patrimonio histórico.
El reto de todo visitante es descubrir los rincones de la Costa Brava, las pequeñas calas escondidas, las playas con encanto que se esconden entre los caminos de ronda, los mercados con productos únicos, la mejor gastronomía, los nuevos locales con el mejor ambiente.
La Costa Brava permite encontrar el término justo entre relax y diversión.
El relax y la desconexión se experimentan tumbados en alguna de las playas, con o sin bandera azul, practicando deportes náuticos, de excursión por los caminos entre acantilados o visitando pueblos con historia que contar.
La diversión llegará de la mano de la buena gastronomía, del buen paladar. Es el momento de terminar un día de vacaciones tomando una copa en una terraza, disfrutando del buen ambiente.
Ya avisamos. Os será imposible conocer todos los rincones que la Costa Brava esconde. La podréis disfrutar todos los años de vuestras vidas sin poder terminar de visitar todas sus maravillas.